
Bernardo frente al espejo; se mira y dice:"Reconócelo, cabrón, el tango es tu vicio... sí, mi vicio, y ¿qué? Otros se meten porquerías en el cuerpo hasta fundirse el mate.
Yo bailo tango. Y oculto esta pasión... porque ¿quién entendería que para bailar el tango, para sentir el tango, tengo que cambiar mi cuerpo y mi voz?"